Tanto si tienes la piel seca, mixta, normal o grasa de forma natural, los agresores externos pueden provocar un estado de deshidratación.
La piel es la primera línea de ataque del organismo frente al medio externo, como los agresores físicos (golpes, variaciones de temperatura, viento, etc.) o químicos (tensioactivos, irritantes, etc.).
La piel deshidratada adquiere un aspecto apagado, áspero y escamoso y, a veces, presenta lesiones o grietas.
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Tipos de piel
Aunque todo el cuerpo humano, incluida la dermis, está compuesto por un 60 % de agua, no es el caso de la epidermis, cuya capa superficial actúa como una barrera entre el entorno interno húmedo y el aire externo seco. La epidermis contiene entre un 20 % y un 30 % de agua, y la capa más superficial, el estrato córneo, entre un 10 % y un 20 %. Este estrato córneo tiene una estructura específica, a menudo comparada con una pared de ladrillos (corneocitos) y cemento (lípidos intercelulares), cuya función es impedir que el agua se evapore fuera del cuerpo.
Algunos tipos de piel contienen una mejor hidratación natural, o presentan menos sequedad, que otros. La piel seca, ya sea una simple xerosis, una xerosis causada por la dermatitis atópica o una ictiosis, contiene mucha menos agua que la piel normal. Esta sequedad se debe a anomalías en el metabolismo de los lípidos (ceramidas), en el metabolismo de las proteínas (proteasas, filagrina) o incluso a un deterioro de la diferenciación epidérmica.
Los diferentes tipos de pieles secas comunes y patológicas
Xerosis simple
La más común, se corrige fácilmente con la aplicación de emolientes.
Xerosis senil
Más marcada en las extremidades que la xerosis simple.
Xerosis inducida
Piel deshidratada por productos que contienen tensioactivos (jabones) demasiado agresivos. Asimismo, los tratamientos irritantes (retinoides, ácidos de frutas) resecan la piel.
Xerosis invernal
Una variedad de xerosis simple, causada por la influencia del frío y el viento.
Xerosis atópica
La dermatitis atópica, o eccema en los niños, provoca una sequedad cutánea más o menos pronunciada. Relacionada con las anomalías estructurales de la epidermis, esta sequedad es responsable de la penetración de los alérgenos y de la pérdida de agua a través de la epidermis. Las deficiencias nutricionales graves pueden causar o empeorar la sequedad cutánea. Algunas enfermedades generales pueden causar sequedad cutánea.
Ictiosis
Afección genética rara, genética o adquirida, de gravedad variable.
Las dos causas principales de la piel seca son externas o internas. Causas externas: - Climáticas: viento, frío, exceso de sol, falta de humedad en el ambiente (aire acondicionado, calefacción). - Químicas: productos con demasiados elementos detergentes, tratamientos médicos tópicos, cosméticos inadecuados. - Mecánicas: afeitado y depilación. - Causas internas: - Fisiológicos: envejecimiento de la piel - Patológico: afecciones de la piel que afectan a la barrera cutánea.
Sí, pero no solo agua: no podemos rehidratar la capa superficial de la epidermis simplemente bebiendo agua o mojando la piel. Los lípidos (grasas) también son esenciales para retener el agua.
Sí, es una de las causas de la piel seca. La exposición al sol es una agresión (quemadura) a la que la epidermis reacciona produciendo más pigmento (bronceado) y densidad. La sequedad es temporal debido al aumento de la pérdida de agua y al engrosamiento.
Sí. Algunos suministros de agua doméstica contienen un gran contenido de cal, lo que se conoce como agua «dura». Pueden agravar el efecto secante de los productos para el cuidado de la piel. El agua se puede ablandar con dispositivos especiales o compensar el agua dura con productos más nutritivos.
Existen dos razones: una falta de agua con menos del 10 % de hidratación en la capa más externa de la piel (estrato córneo) y la función de barrera deteriorada.
El objetivo es nutrir e hidratar la piel, a la vez que reducimos los daños y las irritaciones. Cuando te duches, evita el jabón y opta por limpiadores nutritivos o geles enriquecidos con ingredientes protectores e hidratantes. Utiliza cremas emolientes para hidratar y nutrir la piel, y garantiza la protección de la epidermis, esencial para su función de barrera protectora. Es importante aplicar estos emolientes con frecuencia. Si es posible, todos los días.
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