Tu piel está irritada. Vale, pero ¿cuál es la causa?

Hay una solución para cada erupción cutánea

Las erupciones cutáneas forman parte de la vida cotidiana. Heridas pequeñas, roces de la ropa o de la piel, frío, sol, viento, productos irritantes, bacterias, virus, hongos... Hay muchos factores que pueden dañar tu piel. Estos agresores alteran la barrera cutánea, que ya no puede cumplir sus funciones habituales de protección y regulación de la hidratación. Por supuesto, la solución será diferente según el tipo de erupción. Pero siempre le puedes echar una mano a tu piel para que se repare a sí misma con los cuidados y tratamientos adecuados. 

Qué causa la irritación por contacto y cómo tratarla

¿Has oído hablar alguna vez de la irritación por contacto («dermatitis de contacto» para las personas que saben)? Todos y todas lo hemos experimentado en algún momento. Se trata de un tipo de inflamación de la piel que está relacionada con un factor externo:  el clima, la fricción, el afeitado, los productos que la piel no tolera (cremas, limpiadores domésticos, detergentes, etc.).
La piel se enrojece y aparece un ligero picor.
La piel puede estar dolorida, tensa, con hormigueo y a veces con picor, especialmente si la erupción cutánea se debe a una reacción alérgica. ¿Lista/Listo para calmar tu piel?

Consejos para aliviar la erupción cutánea 

• Identifica el irritante y elimínalo.
• Limpia tu piel con un producto suave y sin jabón.
• Aplica un producto de cuidado de la piel adecuado que tu piel pueda tolerar y que tenga un fuerte efecto hidratante. Si el sarpullido de tu piel está supurando, opta por una fórmula secante.